Tía Martha
Mi tía Martha no aprendió a leer. No, no supo, pero tomaba las revistas y los periódicos con aire de quien se enfrenta a un laberinto. Mi tía no aprendió muchas cosas que se supone debe de tener la vida de la gente en este siglo. No supo de las ventas de verano en Zara ni de las explicaciones sobre las tres dimensiones de la galaxia y mucho menos sobre los números de Avogadro aunque sí sobre la boda del siglo y la muerte de Colosio en Lomas Taurinas. Mi tía escuchaba a veces en la radio los programas donde pasaban canciones de cri-cri, a tres patines y al Kalimán y le gustaba mucho la canción de Métete Teté, que te metas Teté, métete Tete no te lo repetiré. Grande como ella sola, a veces se llevaba la comida frente a la tele y ahí veía el programa de Hasta en las mejores familias y después Laura en América mientras comía picadillo, chiles rellenos o frijoles con tortillas quemadas en las orillas. Le gustaba la lucha libre y defendió hasta el cansancio el rostro bello de la luchadora Martha Villalobos, conocida como La Monster y en realidad se indignaba en las batallas épica de Cien Caras y Universo 200o contra el Perro Aguayo y Kónan. Pero mi tía Martha no aprendió a leer. No supo de "muchos años después frente al pelotón de fusilamiento" ni de "vine a Comala a conocer a mi padre, un tal Pedro Páramo". Ella sabía de Tres patines, de Kalimán y El ojo de vidrio, ella supo del rostro bello de Martha Villalobos donde todos mirábamos sólo una mujer ruda que frente a las cámaras de televisión sacaba la lengua y hacía con la mano una seña obscena. Un día voy a aprender a leer, me dijo, y se ponía con una libreta a escribir letras. Pero luego le ganaba lo inmediato a mi tía Martha y dejaba todo por cri-cris, luchas y cuidar a mi abuela y se iba dejando letras y todo, igual que ese novio abandonado en el altar hace mucho mucho tiempo, con invitaciones repartidas por toda el orbe, con letras de unión que ella se aprendió de memoria pero que nunca supo leer directamente del papel.
2 comments:
hola, me gusta mucho tu blog. Me encanta tu actitud de libertad ante la elección de seguir haciendo lo que te apasiona: escribir.
como anònimo sì me permite escribir, o estarè haciendo algo equivacado??...a lo que truje:
Como la Tìa Chofi de Sabines, què bueno que tambièn tù tienes oportunidad de regalàrle unas palabras, muy bonitas palabras!
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