Monday, June 23, 2008

New house

Qué desmadre cambiarse de casa. Cajas, todo perdido, se va la luz, los desagues no funcionan en teoría, como se debería. No tenemos ni cablevisión ni internet, hay papeles perdidos por todas partes. Un día sólo para acomodar la cocina y... cocinar. Pero como dice, antes nuestra cocina eran chiquititita. En fin. Es difícil, luego, encontrar grandes espacios en la ciudad de México que no estén con precios estratosféricos y este, no lo es. Al entrar hay un pasillo con piso de mosaico y paredes de madera y papel tapiz. El pasillo conduce a una escalera de caracol y tiene dos puertas. Una da a la sala y el comedor, junto al comedor se entra a la cocina. La otra puerta da a un pequeño patio, bueno, en realidad casi de la sala del departamento anterior. El patio se comunica también con la cocina.
En el segundo piso hay un pequeño pasillo que da a una ventana grande y luego se entra al estudio, o lo que supongo será un estudio y después a la recámara amplia que comunica con el baño que tiene espacio para la lavandería. Del estudio se da a una pequeña zotehuela sin techo que tiene vista al patio y al resto de las paredes. Una pequeña escalerilla comunica con la azotea de la casa. Ya se imaginarán el gusto que tienen las gatas. Se pasean de un lado a otro, se quedan dormidas en los escalones de la escalera, pillan en el patio, se meten por detrás del gabinete de la cocina.
Y la colonia, bien, supongo. Céntrica entre semana, callada durante los fines, pero la luz, ah, la luz, se va cada media hora y ¿dónde voy a dejar el carro? Habrá que buscar una pensión.

Friday, June 13, 2008

Así que nuevamente cambio de casa. Ahora nos iremos a otra colonia, pero a una casa que se ve, se antoja, se siente, más grande y más agradable. Hoy hicimos todos los trámites, mucha lluvia, mucho tráfico, comí algo delicioso e inesperado. En realidad, no era tan delicioso ni tan inesperado. Era un durito con crema, salsa, cueritos, tomates en vinagre y aguacate.
Y mientras pensábamos que ahora si podré colgar todas las máscaras y que las gatas podrán tomar el sol y que habrá patio para hacer carne asada. De hecho, Rodrigo ya se apuntó. Que ya le gustó. Que él pone el asador.
Ha sido también una semana de estar al pendiente de un jueguito en internet. Tengo una aldea que se llama kozameh77. El viernes pasado tenía dos habitantes, ahora tengo 103. Lo espantoso es que cada cinco horas o menos veo si ya tengo suficientes recursos para seguir construyendo edificios o haciendo soldados.
Eso es muy freaky, me dicen. Oh, claro que lo es, como ponerse a escribir.

Sunday, June 08, 2008

Mis viejos amigos.

Cada que voy a Monterrey intento pasar por la prepa 7, extensión oriente. Ubicada en Felix Galván y Constituyentes, parecía más una secundaria que una institución universitaria. Para llegar a ella había que pasar un terreno descampado donde ahora está un HEB y era como entrar a un lugar civilizado cuando alrededor de la prepa sólo había campos y baldíos.
Mis mejores amigos de esa época fueron pocos, pero constantes. Rafa, Ángel, Fabian, Enrique y Miguel, mis mejores amigas de esa época fueron pocas, Mónica, Dora, Anneida, Blanca y Diana. Juntos íbamos y veníamos. Aún nos vemos.
Esta semana Fabian, que ahora es fotógrafo (en aquel tiempo quería ser un doble de Lennon y quién no) nos mandó unas fotografías de aquella época. Ahí estamos sólos los hombres, en un salón que querían hacer auditorio. Somos otros a los 16 años. Sin lugar a dudas. Rafael se ve solemne como siempre lo ha sido, Ángel trae la chispa rebelde que lo caracterizaba a esa edad, Miguel se nota tranquilo, Fabian mira a la cámara con cierto misterio y al fondo estoy yo, con un suerte rojo con cuello negro y cierre de velcro que papá me había hecho.
No están las chicas. Nos faltaron las chicas. Actualmente, Rafa es periodista de bienes raíces en El Norte, Ángel se casó y hace mucho que no sé de él, Fabian es un un fotógrafo profesional, con diversos proyectos y exposiciones, Miguel tiene un negocio de música y Enrique tiene otros negocios de ropa. Las chicas, bueno, Mónica vivió un tiempo en Vancouever, termina la maestría en arquitectura y lleve varios proyectos para el municipio de Guadalupe. Dora vive en Oregon, casada con Jim, Diana está casada con Denisov y es odontóloga, Blanca tuvo su despacho contable y acaba de ser mamá, lo mismo que Anneida quien además, da clases en la prepa 7.
A mí me alegra seguir siendo parte de los proyectos de la Prepa 7 Oriente, de donde salí. Hay por ahí noticias, esperemos que se confirmen.

Si te dicen que te jodas

Esta semana pasada, a mi hermana, su maestra de diseño, le dijo con aquel desparpajo con el que intentamos hacer mierda a los demás, que dejara de estudiar diseño de modas y que mejor se buscara otra cosa que hacer. Mi hermana, por supuesto, no le hizo caso, pero sí se sacó mucho de onda. Estudia diseño de modas desde que supo que esa carrera existia. La maestra de la escuela técnica Pablo Livas de la UANL le dijo que a todas las demas chicas les veía posibilidad, pero que ella, no, que ella mejor, no sé, lavara platos o se metiera a trabajar en alguna maquila. Que su futuro era ese.
Cuando mi hermana me lo contó, ¿qué le iba a decir? Pues que no le hiciera caso. Pero no la noté muy confiada de mis palabras. A veces yo quisiera tener la misma confianza con la cual la digo. Pero mi hermana encontrará su camino pésele a quien le pese. Y eso me hace recordar a mis hermanos. No fuimos una familia con muchos recursos económicos. Era un trauma ir a hacer el mandado porque al llegar a la caja íbamos quitando cosas, sacándolas para alcanzar y Dios sabe que muchas veces nos llevamos tortillas a la boca tortillas regaladas por una vecina. Aquella fue una época difícil, con papá desempleado y todos nosotros aún así en la secundaria.
Sin embargo, salimos. Mis hermanos son ingenieros, uno civil y el otro administrativo. Mi hermana de en medio ya se compró su casa, me contó hace días. Es de dos pisos, con dos baños y medio, cocina amplia y espacio para construir. Y aunque papá sigue trabajando, creo que pronto deberé de comprarle lo que siempre me pide: una máquina de coser, recta, industrial. Ayer que fui a la venta noctura de Liverpool de pronto me quedé varios minutos viendo las máquinas industriales que vendían y por un momento pensé en endrogarme de una vez, pero no lo hice.
En fin, espero que el camino de mi hermana en la moda sea como ella lo desea. Espero que la maestra de diseño de la preparatoria no se calle. Que no se calle. Que las críticas y la mala leche, en el fondo son como una terapia: de uno para acordarse que no todo saldrá bien, de quien las dice al menos, para aliviar el trauma.