Friday, April 25, 2008

Terremotos

Más allá de la importancia cívica, qué divertidos son siempre los simulacros de terremotos. Hoy hubo uno en la editorial y en dos minutos fuimos evacuados. En junta previa, los jefes editoriales, se habían quejado amargamente de que luego hay gente que no hace bien los procedimientos como apagar sus computadores y ponerse en cuclillas y hoy, fueron los primeros en desacatar órdenes. Se pusieron muy felices a platicar mientras el resto de los ocupantes del pasillo nos poníamos en cuclillas. Ellos hable y hable mientras el ruido de las sirenas golpeaban las paredes de la editorial. Al final, salimos al sol, a las risas, a la onda de calor que por estos días se siente con insólita rudeza en la ciudad. De regreso a nuestros lugares alguien contaba que evadió una lámpara a punto de caer, otro dijo que se asustó cuando se fue la luz y uno más comentó que se había electrocutado con unos cables. Juego, risas. Pero los terremotos, caray. Cada que paso frente a televisa Chapultepec recuerdo las frases de Zabludovsky: Televisa, mi casa, está en ruinas, nada queda de lo que fue. E imagino esa antena derrumbada, los fierros retorcidos, los gritos que emergen entre los escombros, la soledad de quien lo ha perdido todo en un segundo, sean directores editoriales o no.