Friday, November 14, 2008

No conocía Tula. Hoy nos llevaron de la editorial a firmar libros a una primaria, la Teresa Martín. Debo decir que la Teresa Martín es como una primaria soñada por la calidad de sus instalaciones. A mí me tocó dar la charla en la capilla, donde ya me esperaban cerca de cuarenta niños de entre cuarto y quinto año de primaria, todos con un ejemplar de Los cazadores de pájaros en sus manos. Qué nervios ver a tanto chiquillo con un libro bajo el brazo.
Las preguntas oscilaron desde el "¿cómo se llama tu esposa? y el ¿quieres tener hijos? o ¿cómo quisieras que fueran tus hijos? hasta ¿Qué te inspiró para escribir una novela?, ¿qué consejo me das si yo quisiera ponerme a escribir? ¿cómo se transforma un homobre pajaro en hombre pájaro? y una muy delicada de: ¿cómo le hiciste para manejar el tema del secuestro infantil dentro de tu novela?
Al final tuve que decir que pronto escribié Los cazadores de pájaros 2, ya que la novela tiene un final un tanto abierto. Me regalaron una bolsa llena de dulces de café y más tarde Enrique y Luis, los chicos de la editorial, nos llevaron a comer barbacoa en un restaurante a un lado de la carretera.
Qué sensación ésta de volver a la carretera desde el accidente. Uno de los niños me preguntó: ¿a qué le tienes miedo ahorita? Les dije, bueno, a manejar en carretera. Y les conté brevemente del accidente, el coche destrozado, la noche a mitad de un camino despoblado, las luces de la ambulancia y la patrulla que iluminaban brevemente la noche.
Pero también les dije que, en cuento volviera a tener un coche, tendría que ir de nuevo a donde nos salimos y pasar despacito junto al poste y el árbol que chuparon el coche y evitaron la tragedia en la pequeña barranca. Los niños asintieron y luego otro preguntó que si tenía gatas en casa. Oh sí, les respondí. Dos grandotas, una que come y duerme y la otra que tiene síntomas de perro.
Fue muy bueno el viaje a Tula. El martes en Tulancingo, tampoco me había ido nada mal. Sólo queda más que agradecer, sin duda, agradecer.

3 comments:

Iliana said...

No pensé que hubiese sido tan grave el accidente. Lo siento, lo bueno es que lo puedes contar aunque sí ha de ser traumático, me alegro que se estén recuperando, saludos.

A. said...

Hola Blanca, sí, sí lo fue. Aun no he podido escribir bien de todo esto, pero un día lo haré, espero que pronto. Sólo te diré que por algo nuestro coche fue perdida total.

DINA LAFONT said...

Este hermoso relato me hace acordar a "Quiere a ese perro" de Sharon Creech,de FCE.Se trata de un niño que realiza un taller de poesía y admira a un escritor hasta que un día...(no lo cuento).
Lo increíble del diálogo con los chicos es su curiosidad por saber/ todo y de todo, en un segundo.