Tuesday, December 02, 2008

Me dice O que deberíamos de estar muy, muy contentos. Sé que tiene la razón, pero no deja de enfurecerme, sí, de enfurecerme, el saber que mi sueldo se retrasará tanto tiempo. Me gusta mucho el proyecto, la gente, el lugar, las intenciones, pero ya son dos veces que ocurre en menos de cuatro meses. ¿Qué hacer, cuando las plazas de a lo que me dedico son tan escasas y diría también, tan amañadas? En el fondo, a lo que me da coraje, es que me encuentre ya tan amansado. Pero aparte, cómo es que alguien te dice con tanta tranquilidad, sabes qué, esto se va atrasar por esto y lo otro y vovlerse campante, cuando sabes que además, ese personaje sufre el mismo retraso. Es decir, qué acaso no se puede uno reinventar cuando quiera aunque la empresa falle o la dirección en la vida. Creo que en el fondo, lo que me da coraje, es que he ido perdiendo mi rebeldía de decir, saben qué, "tan tan y a chingar a su madre", como refiere una vieja anécdota del maestro Hugo Argüelles.

1 comment:

Anonymous said...

Mi estimado:

No quiero sonar duro, pero a veces la misma empresa cala a ver hasta donde aguantas, porque si aguantas eso, entonces le da una vuelta a la cuerda y verá si aguantas un poco más.

Al final,los que se quedan no son los mejores, sino los que necesitan con urgencia la chamba y no saben si van a encontrar otra (y en estas fechas, pos menos).

Pedro de isla
www.deisla.com