Tuesday, July 21, 2009

Desde la azotea en casa de Raúl siempre he visto la esperanza. Alguna noche fui a verlo, tratando de hablar de un mal amor. La terraza aún no estaba terminada y nos dormimos en unos eslipings en medio de la preparación para la placa . Luego volví, con los años, ya con la casa terminada a hablar de otros caminos y otras rutinas. Raúl, no lo sé, siempre ha estado buscando una casa que no es esa. Siempre sueña y me dice, de la casa que tendrá, donde estarán él y su Neira y Mineiro, mi ahijado (dice el orgulloso padrino aunque ya me dijeron que ni piense en participar en una ceremonia católica). Y yo veo su casa, esa que él quiere, pero nada más me puedo imaginar esa terraza, oír el sonido del aire lavado que refresca el interior de la casa donde duerme Mineiro, mientras el Raúl y yo, como siempre, como antes, tomamos unas cervezas y recordamos aquellas noches ingratas o cuando echamos la placa y yo subía las tinas de cemento usándome de polea o la carne asada que aún no hacemos.

1 comment:

Minerva Reynosa said...

ayyy gacho!!!
ya conoces al bebé!!!
qué pedo cuando nos juntábamos.
qué chido... esa vez que le robaron unos edredones a césar gándara. ah! y el canon de bloom. jajaja.

qué pedón?


besos mi toñi: y al silva tmb! muaks! :D