Thursday, July 21, 2005

Emily


No conocía un estado de alarma como en el que cayó Monterrey estos días. Desde el martes en la noche me decían amigos y amigas que se respiraba cierta tensión en el aire. Luego vi telediario por internet y las cortinillas del noticiero eran más que alarmantes. Le conté a un amigo del hecho y me dijo: estos regios alarmistas. Hacen tanto escándalo porque tienen lana hasta para comprar el foquito rojo. Me dio risa pero también le di la razón. Luego hablé a casa a ver cómo iba el asunto y mi madre me dijo que no pasaba nada. Un amigo me dijo que eran puras jaladas, que era más el miedo que el gobierno infundía que otra cosa. Como sea en las noticias vi a tres sujetos que saludaban a la cámara de televisión mientras veía como subía el cauce del río del Obispo. Bien ajenos ellos al terror. El gobierno instaló albergues y el ejército patrulló las colonias propensas a inundaciones. Como ciudad de primer mundo se desmontaron semáforos y panorámicos. Me cuentan que incluso se cancelaron todos los eventos del miércoles en la tarde, entre ellos cierta junta para ver las cosas del FORUM de las Culturas. Hubo una parálisis general. Las fábricas dieron el día libre a empleados y obreros y se respiró un aire de festividad mientras el huracán Emily azotaba las calles desiertas.
Incluso el gobierno mandó mensajes a los celulares para sugerir que no se saliera de la casas. La gente ya estaba preparada en casa después de las compras de pánico. En los blogs de los regios incluso la sensación de que se les venía el huracán era notoria. Emily se convirtió en el mejor personaje de ficción al fin de cuentas y aunque hubo saldo blanco no fue por completo ya que el puente Guadalupe se incendió bajo la lluvia y se desplomó.
Eso sí. Los regios recibieron el fenómeno metereológico con todas sus energias. Qué tan aburrida estara la ciudad que el meteoro los anima, influye, arrincona y es motivo de charla por todas partes. Yo nada más, desde lejos, podía estar expectante. Son esas cosas las que te separan lentamente de la cultura de tu ciudad de origen. ¿Dónde estabas cuando llegó Emily? seguro se preguntarán después en fiestas y reuniones de trabajo. Muchos hablaran de los cierres de las plantas, de las universidades cerradas, del cierre de bancos y de las cintas masking en los vidrios, del cierre de avenidas y del Gober hablando a todos los medios de televisión bien protegido con un sobretodo amarillo mientras la lluvia cae cerquitita. Monterrey recibió el huracán como rancho donde no pasa nada.
Yo estaba encerrado en casa escribiendo Lost Acapulco. Luego salí un rato al internet a revisar unas cosas. Llovió un poquito en el D.f. pero nada serio. Estamos en temporada de lluvia así que no nos sorprende. Me pregunté por mis amigos en sus casa comiendo palomitas o viendo la alarma generalizada, en sus hijos viendo la lluvia que caía. Y caray, qué lejos queda Monterrey. Y caray, que lejos queda todo.

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