Hoy, don Rafa, el portero de mi edificio (sí, tengo portero en donde vivo), se despidió de mí con una frase que nunca había utilizado: "Hasta luego, lindo". Me quedé medio inmovilizado. ¿Lindo? Y cuando le dije, gracias, gracias, insistió con un: "que te vaya bien, lindo".
Ni qué decir. Hay días raros, de eso no cabe duda.
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2 comments:
Ese no fue un día raro, fue un portero "raro".
pues si decides "cambiar de preferenencias" es probable que ya tengas ligue seguro...
mientras tanto: iiuuuuu!!!
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