Sunday, January 25, 2009

Yo entiendo cuando los padres quieren lo mejor para sus hijos, usando sus palancas para posicionarlos en los trabajos. Pero lo que no entiendo es cuando los hijos se aprovechan de eso. ¿Se sienten tan incapaces como para no lograrlo sin la amistad del padre con la jefa o el jefe en turno?¿Y todavía dan grititos de felicidad? Aunque también están los que dejan en el pasado su gloria pasada y se dedican a hacer secuestros a sus compañeros, como un chico, primera base, campeón en Williamsport, regio para no variar, que a los 23 años ya fue capturado por andar de secuestrador. La verdad es que no vale la pena hablar de lo jodido que está el mundo, esas sensación lacrimosa y rara que te da cuando un tipo admite campechanamente que disolvió 300 cadáveres en tambos de ácido. Si sólo de recordar esa escena en Robocop cuando el policia robot mata a los malos dejándoles caer ácido dentro de su camioneta... arrgggg. En suma, sí vivimos en un mundo triste. Pero imagino que siempre ha sido así. La maldita idea de la democracia y la libertad que nos ha engañado tanto.

1 comment:

Montserrat said...

Toño.

Que impresionante relato ese del pozolero!!! Leí que el tipo ganaba 600 dólares por semana y me impacté más. ¿Como es que alguien puede dedicarse a borrar gente por tan poco dinero?? Tanto nos hemos quejado del holocausto judío y ya hasta tenemos nuestra versión mexicana. Lo peor es que Milenio narró con lujo de detalles los ingredientes, el tiempo de cocción y el resultado... ¿Así o más gráfico? Que goe-yes, si algún secuestrador, mafioso o maloso no sabía la recetita, ya se la pasaron ¡¡¡y gratis!!! (guácala!)