Thursday, November 17, 2005

A whiter shade of Pale

La primera vez que escuché A whiter sade of Pale de Procul Harum no supe qué decía ni qué significaba. Sigo sin saberlo. La escuché en la camioneta de Guillermo, el muchacho más inteligente de la preparatoria Siete Oriente, allá por los noventa y cuatro del siglo pasado. Guillermo era alto, grande, macizo como un toro. Usaba unos lentes negros de pasta y un bigotillo vergonzoso dudaba entre salirle o no. Íbamos entonces hacia el recreativo de ¿Hylsa? ¿Vitro? a una comida. En la camioneta iba Mónica, Aneida y Ángel y cuando llegamos al estacionamiento y la música seguía le pedí a Guillermo que no apagara la radio. Quería escuchar bien bien la música. La letra no me importaba, pero algo en esa música me adormecía los nervios y me hacía pensar en una nostalgia que no sabía de donde llegaba, ni con qué heraldos se presentaba, victoriosa o no, en mi alma.
Y Guillermo me hizo caso. Mantuvo el motor de su camioneta encendido mientras salía las tonadas de Procul Harum. ¿Sabía yo que A whiter sade of Pale se llamaba A whiter sade of Pale? No. ¿Sabía que quien la cantaba era un tal Procul Harum o un grupo llamado Procul Harum? No. Pero la canción me gustaba.
A veces, pasado el tiempo, mientras escuchaba por estereo siete el programa de Beatles forever, antes o después del programa, tocaban a whiter y yo me emocionaba porque solo en esos momentos era posible que la escuchara. A veces, también, en un intento por saber de quién era esa canción, tarareaba las notas a conocidos quienes sé, son unos expertos musicales pero, o mi tarareo era muy malo o mis amigos no eran tan expertos como yo pensaba. Así la canción se me fue olvidando, sin saber qué decía. Mi terquedad para no aprender inglés le da un caracter de nubosidad a toda esa cultura.
Y la canción me gusta ahora porque me hace recordar esa tarde que fuimos a Vitro a asar hamburguesas y carne asada. Antonio, su novia, Mónica, Ángel, Aneida, Dora, Miguel y Fabian además de Guillermo y yo, jugamos toda la mañana al futbol, a las damas chinas, comimos, nos reímos. Caminamos hasta el gimnasio y rentamos una mesa de ping pong y veíamos a los que entraban a la alberca. Cuando salimos seguía un sol rabioso. Teníamos apenas dos semanas de habernos graduado de la preparatoria y A whiter sade of Pale era como un buen pretexto para recordar solo un momento.
¿Quiero saber qué dice en realidad la canción? No. He formado mis letras para esa tonada. Le he dado mis metáforas y aunque sé que distan mucho de lo que debe de decir no me importa. Ahorita la estoy escuchando después de una larga temporada de no oírla y escucho al motor de la camioneta de Guillermo y veo a Mónica y Aneida que caminan hacia la palapa donde el asador está listo y todos los demás nos esperan.

No comments: