Friday, August 11, 2006

La tribu

Somos generalmente cuatro: Hinojosa, Vicente, Boone y yo. A veces nos volvemos más cuando Cristhian, Saravia y Mijail se unen con nosotros a la hora de la comida. Me gusta mi tribu. A la hora de la comida ahí vamos juntos y es común que nos veamos en fines de semana, en reuniones o cenas. Al final, todos jalamos para lados distintos pero siempre nos mantenemos cerca. Ultimamente, Edith se ha unido a nosotros, una vez que Karla partió a su natal San Cristóbal de las Casas.
Ahí vamos entonces los ocho o los cinco a comer, en línea, avizarando las calles, el tráfico en Insurgentes y Liverpool, el paso raudo del metrobus. De regreso, cuando alguno se queda en alguna revistería o en una tienda donde venden miniaturas se hace una fila que espera al que se quedó atrás. Adelante queda una avanzada, después un grupo, al final uno que aguarda al detenido. Cuando éste se mueve, todos avanzamos a y los metros nos volvemos de nuevo un grupo compacto. Es la tribu. Uno se siente arropado por estas muestras de afecto. Si alguien se detiene a esperarte es que aún tenemos arraigada en la oscuridad de nuestros instintos esa sensación de las largas migraciones. Antier esperamos a Boone quien se metió a un oxxo. Otras a Vicente o a me esperan a mí.
Me recuerda esto un cuento que leí de Luis Felipe Gómez Lomelí. Luis fue becario de la flm y en su libro de cuenos tiene uno donde narra cómo anduvo cno Vite una tarde caminando por Reforma. Cuando le dije a Vite me respondió que ese año que estuvo en Liverpool 16 fue el mejor de su vida. Es una suerte salir que al salir, al terminar el año te encuentres con gente con quien seguirás el resto de tu vida.