Tuesday, August 01, 2006

Corazón delatador

Ayer corregía uno de mis cuentos. Se llamaba Revancha Mística y ahora se llama Atlas Poderoso. La historia trata sobre un hombre que tiene problemas con su hijo y, para ganarse su estima, se da a la atarea de diseñar un juego de mesa, un juego de lucha libre que lleva como luchador insigania al luchador Atlas. Antes era el Místico pero me di cuenta que era demasiado peligro situar tanto al texto. Total, luchadores Atlas siempre va a haber. La primera versión del cuento me gustó porque la escribí casi en cuatro horas. Salieron 13 cuartillas. El cuento en sí, había salido de una llamarada, no sé si imaginativa, cuando vi un juego de mesa sobre luchadores en una tienda vieja por Chapultepec.
Eso fue hace como cinco meses. Todavía ayer seguía trabajando esas pequeñas cuartillas. Todavía lo seguiré trabajando. Ahora he eliminado casi todo sobre el juego y me centré en la relación de padre e hijo. Sin embargo, mientras escribía, tal vez después, ya en mi casa al leer el diario Record me quedé pensando en porqué escribo. Repasé mis historias y me parecieron vagas, vanas. Tal vez, es hora de hacer otra pausa y buscar otras cosas o una honestidad más, válgame la redundancia, honesta en los textos. No sé si en realidad haya dado en un espacio de nueve cuartillas -es lo que dura ahora el cuento- con ese espacio vital, con ese corazón delatador del que cuenta Poe en su famoso cuento. Toda historia debería de tener ese corazón delatador encubierto en las cuartillas.