Voy a Buenavista durante una semana a dar un taller de cuento con gente de allá. Diez horas, cinco días, en un pueblo perdido entre la selva y los cerros. Hay que bajarse en la carretera y caminar por el mercado (que no es más que una serie de columnas dispuestas en línea) y llegar hasta el centro cultural de Buenavista. La pequeña Grecia, también le dicen a este pueblo, gracias a que un maestro (abuelo de un amigo), se dedicó a ponerle nombres a un sin fin de recién nacidos. Al más puro estilo del cuento de "La tona", el profesor dio nombres que iban de Aristóteles a Zenón y toda una generación de Temistocles, Pericles, Demócritos y más andan aún en la pequeña Grecia.
Y hacia allá voy a dar un taller de cuento...
Suspiro entonces por conocer Buenavista.
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suertudo
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