Mía se escapó. No supimos en qué momento, pero en la noche, antes de irnos a dormir, la casa estaba demasiado callada. No se oía el ajetreo de Mía mientras que Nadja, la madre, se echaba sobre el brazo del sillón con singular pereza. ¿Y Mia? (Ya estaban las luces apagadas en la casa) No sé, ha de estar dormida por ahi. Y nos dormimos. En la mañana se había consumado la desaparición. Antes de alarmarnos (había motivos) O salió a las escaleras del edificio y gritó ¡Mía! Lejano y tímido nos llegó el maullido. ¡Mía! ¡Míaaaa! ¡Míiiiiiaaa! O salió y trepó por las escaleras y la oí hablarle a la gata y después el maullido de Mía se me hizo más sólido, más próximo, más bigotón, hasta que finalmente O la depositó en la alfombra del departamento.
Esa gata parece haber nacido para todas las cosas buenas y malas que puede tener un gato doméstico: caerse de un sexto piso, pasar por la plancha del veterinario, vivir encerrada y ahora, perderse en las escaleras del edificio toda una noche. O estaba contenta. A mí me da cosa admitir una cosa: estoy encariñado con Mía la sagaz.
3 comments:
También hubiera apostado por algo tranquilo y sin estrés como tú; es la mejor manera para tener una vida fuera del trabajo, tiempo para leer, para escribir y para hacer otros trabajitos.
En cuanto a que los vi, iba saliendo del Globo junto con mi novio y le digo: ay mira, ahí van dos bloggeros que leo, creo que tú ibas de azul con tu mochila al hombro y Orfa como de lila (algo así). Te comento que se me hizo curioso, algo parecido a cuando ves a algún artista a quien sólo conocías por la televisión... Para que se sientan blogstars... Sí, espero que avises con tiempo respecto a la presentación de tus libros :-)
Hola Antonio:
Somos KALA Editorial.
Nos gustaría que fueras uno de nuestros "Escritores Seriales".
Escríbenos a kalaeditorial@hotmail.com para contactarnos contigo.
Kala Editorial.
www.kalaeditorial.com
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