Thursday, October 07, 2004

dos novelas del norte, un libro de cuentos y Bolaño

Tal vez hace diez años, cuando en el centro del país, en las editoriales, en los consejos de cultura, se preguntaban por autores del norte, no tenían más que hablar al INBA y preguntar por ellos y el INBA les diría número y direcciones de autores del norte que misteriosamente, se encontraban todos en el D.F. Autores como Carlos Montemayor, Felipe Garrido, Ignacio Solares. Gabriel Zaid o Rafael Ramírez Heredia, nacidos todos ellos en el norte, representaban y no, a los autores de esta zona del país; pero el norte, propiamente, no se encontraba con tal fuerza en su obra. Había otros autores, como Daniel Sada y Jesús Gardea (Chihuahua ha dado grandes autores) cuya obra reflejaba este norte utópico, asoleado y lejano, con sus ciudades perdidas en el desierto y a quienes se les llamó autores de la Literatura del desierto.
Pero eso pasaba hace más de diez años. Luego, los escritores del norte empezaron a salir debajo de las piedras, fueron vistos mientras bebían en los ojos de agua y muy pronto, reconocidos y publicados. Toda una fauna y flora salió entonces y tomó por asalto el d.f. Eduardo Parra, Luis Humberto Croswhite, Rosina Conde, Cristina Rivera Garza, David Toscana, etcétera, le dieron forma a este disierto, desdibujaron la ciudad y la noche para volver a presentarla con otras palabras y otras técnicas.
Hoy, la nueva generación de narradores del Norte ya comienza a despuntar mientras que la generación vigente, los nacidos en los sesentas, mantienen ese paso sostenido. Recientemente Heriberto Yépez, Julian Herbert y un sorprendente libro de Luis Felipe Gómez, han surgido como lo más nuevo de los escritores del norte. La novela de Heriberto Yépez, "El Matasellos" trascurre en una ciudad que podríamos denominar norteña y aunque se mantiene alejada de lo metalinguistico y espacial del norte, hay en ella los rasgos clásicos del norte, la frontera, las ciudades enanas. Julían Herbert, en cambio con, "Un mundo infiel", trae ante nosotros más de lleno este nuevo norte con sus traficantes, sus trenes que parten a la frontera, la infidelidad y por qué no, el hastio de vivir en el Norte, donde la violencia aún anda silvestre. Julian Herber retrata de manera magistra a Saltillo y de alguna manera, por primera vez vemos a Saltillo como ciudad literaria y no de paso y es ahí donde la novela se desarrolla, dándole forma a una forma de vida, a una manera infiel o fiel de ver la vida.
Finalmente, Luis Felipe Gómez, presenta un estupendo libro de cuentos, donde el lenguaje es elemento vivo, donde las prostitutas, traficantes y la noche, toman por control las páginas. Luis Felipe tiene claras influencias de dos decanos del norte: Daniel Sada en cuento al manejo del lenguaje y Eduardo Parra en cuanto a la construcción de atmósferas. Pero influencia no es lo mismo que imitar y los cuentos de "Todos los santos de california", otra vez descubrirnos otro norte, son sólidos y como dice Roberto Arlt, pegan como un jab a la mandíbula.

Al fin, Roberto Bolaño. El chileno tiene en su libro "Putas Asesinas", un cuento muestra en toda su cabal magnificencia lo que es ser del Norte, lo que es las casas llenas de polvo y sol, el fastidio del calor, las vida sin línea ni destino. En "Gómez Palacio" asistimos a ver a un joven escritor que va a Gómez Palacio a dar un taller de literatura. Es un cuento magnífico como muchas de las obras arriba descritas. En todas ellas el norte respira, vive, se convulsa. Es una buena manera de saber que los autores del norte aún tienen mucho que decir y no son parte de una moda que imagino, muchos del centro ya quieren que desaparezca.

1 comment:

Anonymous said...

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