Wednesday, January 05, 2005

Debajo de cada piedra salta un escritor

Cuando hace dos años salió la primer convocatoria de la Fundación para las Letras Mexicanas me dijeron que en un nota de periódico salió que la Fundación había recibido más de 940 solicitudes de beca. Estábamos sorprendidos algunos amigos y yo. No es que el ejercicio literario fuera un coto vedado por nosotros pero la cifra sí era sorprendente: 940 escritores menores de 29 años en el país; cualquiera se sorprendería. Y pensamos, qué peleada se hará la vida literaria dentro de diez años cuando estos 940 escritores dejen de ser jovenes narradores o poetas para convertirse en escritores serios, vertiginosos; de miradas críticas o en el peor de los casos: ampulosas, soberbias; pero al fin de cuentas, miradas.
Luego pasaron las semanas y cuando dieron los resultados de las 16 becas me mandaron un mail diciéndo que había quedado de finalista y nada más. Pensé en el resto de los 933 escritores jóvenes que se habían quedado en la orilla junto conmigo y ahí quedó. Cuando al año siguiente pedí la beca ni finalista quedé (me enteré que incluso fueron los mismos jurados).
Pero conforme avanza el tiempo y dejo de ser joven escritor (bueno, técnicamente y según los cánones del CONACULTA tengo aún como nueve años para seguir siéndolo) he seguido encontrando más y más jóvenes escritores que nunca se enteraron de esas becas de la Fundación para las Letras mexicanas. Sólo en Monterrey, en estas vacaciones conocí a como siete nuevos narradores en una posada. Luego, en una cena que terminó en los tacos Madero y en el famoso antro gay regiomontano, el Arcoíris, conocí a otro.
Este país ha sido por tradición un país de escritores. Desde Nezahualcoyotl quien dice que no para siempre en la vida, no para siempre aquí, hasta el buen Pedro López Alvarado quien escribe en su libro "Radio Insomnio" lo siguiente:

ella no decía nada
yo no me dana cuenta
hasta que una noche
después de hacer el amor
noté que me faltaban los huesos
así son las mujeres
de manos diestras
cuando las descuidas
en una caricia.

En otro poema "Julia y la lluvia", dedicado a Gerson Gómez, dice:

debo reconocer
que tus senos
eran demasiado
pequeños
aún así
tuvieron
el coraje
suficiente
para arrancarme
un poema.


Dice Andrés Ramírez, el editor de ficción de la editorial Planeta que este año apostará por otros seis narradores jóvenes: algunos de los afortunados el año pasado fueron Julieta García, Julían Herbert, el buen Julían Herbert y de este año por lo menos dos que conozco: Ernesto Murguía Moreno y Tryno Maldonado. Tanto Julieta como Ernesto son becarios del FONCA en cuento este año. Ya desde este momento creo, la generación de los nacidos en los setenta se perfila con sus primeras barajas. Me pregunto quiénes de esos 940 son parte de, quiénes lograrán arrebatar ese espacio en los medios que los nacidos en los sesenta arrebataron con fuerza a los escritores nacidos en los cuarenta. Yo espero que Pedro López Alvarado sea uno de ellos. Pero más bien, espero que esos 940 se den con buenos frutos y sigan esa larga tradición de los Amado Nervo y los Guillermo Prieto.

1 comment:

Danielo said...

Independientemente de lo profundo de tu pensar, y de los 900 y tantos escritores que existen...eso de ir al Arcoiris...y publicarlo asi nada mas?????

Chale con estos escritores que quieren vivir de todo...nomas no se te ocurra decir que aparte de ir al arcoiris, te ligaste a alguien.