- Ganarle al scrable a mis hermanas y perder lastimosamente con mi hermano al Stratego.
- Hacer carnes asadas otra vez en casa y en el rancho de Ana.
- Ir a cenar con Daniela y Elida a Plaza Real
- Ir a comer con Daniela, Erika, Helen y Elida (comida cocinada en casa, claro: pasta, vino, nieve, pollo).
- Esa sorpresa de que Ana vaya por mi a una esquina de Villa de Juárez y me diga: qué onda, vámonos a Matamaros y yo simplemente decir: vámonos.
- Ver a todos mis primos en la fiesta de Abraham.
- Jugar a gusto con Rocky, el perro de la casa.
- Ir con Angélica a ver la tumba de Bernardo Reyes (sentí estar frente a la historia y mis días de futuro cuando escriba esa novela).
- Estar con Ana en casa de Cristina y Giovani, mientras el hijo de Ana y de Cristina juegan en un cuarto y nosotros platicamos, nos reimos y escuchamos que pasa el tren.
- Poder ver a mis dos abuelas.
- Estar en casa de Daniel y que Lety siga presentandome amigas guapas que ni sé de dónde salen.
- Platicar un rato con papá mientras hace una carne asada y comer buena carne y tacos deliciosos.
Muchos motivos. En Monterrey la frontera sigue estando cerca y la nostalgia y la indeferencia defeña (ese frío de la gente de la gran urbe que se siente siempre aunque uno crea lo contrario) muy lejos. Ahi está mi vida, pero acá mi futuro. ¿qué se debe de elegir, entonces?
1 comment:
Frialdad chilanga...
Poco tengo de conocerte, de hecho creo que han sido muy breves los tiempos q compartimos en la comida con los disenadores, pero aún así no me ha costado trabajo notar que tu calidez no es propiamente la de un chilango, deja a un lado que por tu acento se sabe que eres del norte, se nota que tienes un pie aquí y el otro en Monterrey!!! Recibe un abrazo de mi parte alentándote a que te la juegues y por fin tengas los pies juntos en tu sitio.
Tienes la suma perfecta!!: Claridad y el camino trazado para dejarte llevar por el corazón.
Esto fue todo lo que quise decirte al toparme contigo en la pb.
Ah!! Y esto tomátelo como reclamo! (jejeje) lo que circula entre nosotros los chilangos no solo es frialdad, aun cuando las ciudades grandes nos dejan más marcado de lo normal el instinto de supervivencia, habemos algunos que aportamos a respirar la vida, sentirla y compartirla con calma y calidez.
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